“Ciudad Velada”

 

La Ciudad de México y su megalópolis tienen 250 calles o sitios con nombre de fechas distintas del calendario. Estas calles conmemoran eventos históricos de manera indirecta, te dicen cuándo pero no te dicen qué es lo que memorializan.

Al visitarlas, sé que tienen una relevancia histórica, pero en la mayoría de las ocasiones el evento que conmemoran no es conocido. Cuando el nombre de sus colonias no las contextualiza, su relevancia histórica queda completamente velada, libre para ser llenada con cualquier otro suceso histórico o personal. Priorizar la representación de la fecha por sobre el evento conmemorado habla de una obsesión milenaria con medir y marcar el tiempo en México. Las estelas y monumentos antiguos con inscripciones calendáricas han transmutado al espacio público secular del México contemporáneo en forma de letreros rotulados. Estas imágenes fueron capturadas el día del año que representan. Sus negativos revelados ese mismo día, encapsulan la energía de esos días. Los criterios de la nomenclatura del espacio público en México son caóticos y redundantes. Los nombres se designan de forma anecdótica o impositiva, reforzando la identidad nacional en colonias predominantemente populares. Cuando los ciudadanos no tienen influencia para poder nombrar su espacio habitable, la autoridad impone nombres con sucesos y fechas que afirman el nacionalismo en turno. Esto genera una imposición histórico-política sobre el territorio que se da sobre imposiciones previas como el idioma y el calendario mismo.

 

 

El progreso actual es del es de 53.6 por ciento de las calles existentes, y de 36.6 por ciento del calendario completo.

x