“Objetos Culturales”

El tema de esta muestra, como indica su título, es el interés por recuperar y reformular el valor iconográfico de objetos producidos por diferentes culturas, en otros tiempos, para  convertirlos, revividos en el lenguaje del artista, en objetos contemporáneos de nuestra cultura. En el proceso Mascaró recurre a la combinación de materiales tradicionales, los cuales en su interacción se entrelazan y se rompen en una representación iconoclasta del icono recuperado.  

Mascaró experimenta constantemente con los materiales para hallar nuevas formas de llevar a cabo sus objetos escultóricos, ensayando modificaciones de las técnicas tradicionales de la fundición de los metales (hierro y bronce), así como de la cocción y el esmaltado de las cerámicas, los cuales se combinan en varias de las esculturas de esta exposición. 

En sus palabras,  se trata de ‘mediante el choque térmico que experimenta la cerámica en contacto con el metal fundido y del enfriamiento de éste y de su contracción, conseguir que ambos se fisuren, provocando accidentes y resultados inesperados’. O también, ‘que ambos materiales queden íntimamente unidos, después de encontrarse y de romperse mutuamente’.En otras de las esculturas más recientes Mascaró ha trabajado ensamblando y soldando  elementos circulares en hierro a los cuales posteriormente ha añadido papel maché o yeso, con leves toques de color.

 

El resultado de esta búsqueda, de esta alteración de procesos tradicionales y de su innovadora combinación, son piezas que expresan una tensión; una dualidad de polos opuestos: En ellas percibimos simultáneamente la fuerza y la vulnerabilidad, el peso y la ligereza, el aire y la masa, como una metáfora de las paradojas esencialmente humanas, en que a menudo se enlazan los extremos: El amor y el odio, la tristeza y la felicidad, la fuerza y la dulzura.

 

Este deseo de combinar la fuerza del metal a la fragilidad de la cerámica ha dado origen a esculturas como Guardián, una versión fragmentada de una de las imágenes más reconocibles en el trabajo de Mascaró de la última década. Sobre el uso de estos metales envolventes el artista nos explica “que son ataduras -metafóricas pero también físicas- mediante las cuales quiero capturar iconos y símbolos de la historia y de la memoria colectiva para retenerlos en mi mente”. Este mismo procedimiento lo ha utilizado para representar barcas, parejas tumbadas, o cabezas como Geisha Eleonora, también presentes en la exposición.

 

Otras cuatro obras, dos Caminantes y dos cabezas de Eleonora, concebidas como un ‘garabato en el espacio’, realizadas con ligeros círculos metálicos salpicados de materia blanca, sirven de contrapunto a la muestra.

Mascaró busca en su juego con los ‘objetos culturales’ del pasado la reinvención de técnicas y de símbolos ancestrales. Como en un guiño a la historia, vuelve la mirada hacia la antigua cerámica de la dinastía Tang, a la terracota etrusca (Pareja TumbadaÉxodo) y a otras culturas, recientes o milenarias, en una amalgama que cristaliza y se transforma en sus ‘objetos culturales’ de hoy.

 

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