Mi intención es realizar obras que actúen como talismanes que materializan la idea enunciada por el místico griego Dionisios de Aerópagos donde “La Divina Tiniebla” se formula como vía de conocimiento: “La divina oscuridad donde Dios habita”.
Al abandonar el color, Isabel Alonso Vega se encuentra con la técnica del humo como pintura. Al combinar el líquido necesario para secar con rapidez en un papel y el calor del fuego, el resultado quedó ahí, expuesto, como una marcan relacionada más con una ausencia que con una presencia, con algo que no está y que no volverá a estar ahí, con el azar. La obra de Alonso Vega tiene un componente místico y existencial.
Un intermedio entre la experiencia estética y el conocimiento, pero también entre el ver y el dejar de hacerlo, conforma el núcleo de las esculturas de humo de la artista cuya intención es pintar o retener las formas inestablesy variables del humo. Las trampas que la artista despliega son arneses, sopletes, cuerdas y acrílicos capaces de retener el humo, pero también de generarlo. Dejando que el fuego intervenga sobre ellas, controlando la densidad de las sombras en función del tiempo de exposición y envolviendo estas tablas en unas especies de urnas de metacrilato transparente. El humo de Isabel Alonso Vega puede ser percibido como un conjunto de apariciones súbitas o trazos directos, que al igual que una pintura sumi-e parecen haberse ejecutado a toda velocidad.