En nuestro espacio de residencias, Proyecto T, en el último piso de la galería, se presentan las pinturas de los dos artistas españoles Álvaro Borobio y Federico Miró. Un lugar sin lugar es la exposición que se compone de las obras creadas durante los dos meses de residencia en la galería y que se inspiran, en parte, en México. Uno de los objetivos de la residencia artística es el poder indagar en cómo la ciudad, el espacio o la galería influyen en la creación de los artistas. En esta ocasión, se presentan cuadros cómo “Coyoacán” de Borobio, o “Sin título” de Miró dónde se aprecian símbolos prehispánicos, que claramente reflejan su estancia en México.

Las obras de los dos artistas chocan por su distinción estética, mientras que los cuadros de Borobio son espontáneos y vibrantes, la obra de Miró es meticulosa y planeada. Sin embargo, ambos indagan sobre la velocidad de la sociedad contemporánea, sobre nuestros hábitos y cómo se descomponen. Borobio exhibe esta rapidez y saturación social en su obra y reflexiona sobre las ciudades y el urbanismo, y a la par, Miró nos obliga a detenernos y salir del barullo para contemplar paisajes naturales en una técnica que nos remite al textil y al tiempo que toma la creación de una de sus piezas.

En la obra de Borobio podemos ver piezas con mucha textura, desgaste, ensambles y colores brillantes cómo en CDMX, Xochimilco, Mezcal o la Serie Ciudad de México dónde nos introduce a su interpretación de esta megalópolis. Su obra refleja sus inicios en la escuela de arquitectura con líneas que nos remiten a planos interminables de ciudades que no existen. A través de la técnica mixta con el uso de acrílico, aerosol, pluma, entre otros, Borobio manifiesta una preocupación con respecto a la relación entre la sociedad metropolitana, el entorno natural y el encuentro entre ambos.

Miró elabora sobre los paisajes y en la abstracción del mismo. Su técnica particular hace alusión a lo artesanal y la tradición del bordado, los tapices y telares. Durante su estancia en México indaga sobre estas prácticas dentro de la cultura del país. Las dos piezas de gran formato “Sin título” (180 x 150 cm) reúnen su investigación sobre lo símbolos prehispánicos, así como la flora característica de México. Ambas piezas cuentan con un marco que reúne símbolos que el artista ha encontrado en los diversos libros de textiles y que Miró reúne para enmarcar las imágenes de los paisajes de la obra donde aparecen magueyes, cactus y jacarandas. Un lugar sin lugar deriva de estos espacios que existen por sí mismos, imaginarios, pero que al mismo tiempo están anclados a nuestro contexto, así, la obra de Borobio y Miró nos introducen a sus propios terrenos creados dentro de la galería.