ÁSPID
Al examinar la naturaleza y el universo, Heisenberg dice que en lugar de buscar y encontrar cualidades objetivas, “el hombre se encuentra a sí mismo”. Con experiencia en diseño gráfico y animación, Andrea Sotelo llegó a la pintura a través de una exploración que daría significado a los símbolos que emergen de su inconsciente.
El áspid, la serpiente presente en sus obras más recientes, es una continuación de la investigación de Andrea sobre el cuerpo femenino. Símbolo eterno del inconsciente colectivo, la serpiente emerge desde las profundidades de la tierra, y su muda de piel simboliza la energía regenerativa de la vida. Al incorporarla en sus piezas, Andrea desafía la dualidad moral implícita en el mito judeocristiano, sustituyéndola por una naturaleza más compleja y cíclica, reforzando así la connotación significativa de lo femenino oscuro como el ámbito de posibilidades. El cuerpo de la serpiente ondula en su movimiento, revelando accidentalmente el escorzo de una mujer con las piernas abiertas, mientras su lengua bifurcada dibuja una simetría perfecta, semejando una ventana o portal, aludiendo al pasaje uterino a través del cual la vida se siembra para gestarse y luego brotar.
Independientemente de la concepción que se tenga del universo, los códigos morales sociales de las civilizaciones modernas siguen basándose en la mitología antigua. Al igual que los historiadores han emprendido la tarea de demostrar que los mitos como hechos son falsos, la psicología los ha identificado como rasgos permanentes del espíritu humano, sirviendo como registro simbolizado de la mente de una especie que se esfuerza por dar sentido a su existencia. Desde esta perspectiva, nuestra psique es el único medio a través del cual podemos captar y dar sentido a la realidad.
“Áspid” es la primera exposición individual de Andrea Sotelo, y es el resultado de un profundo análisis de su mundo interior. En un intento de traer el inconsciente a la conciencia, Andrea expone su propia mitología, mostrando así un proceso de individuación, una reconciliación con su propia esencia.